MIRADAS DESDE ALGUNA VENTANA PARA

MIRADAS DESDE ALGUNA VENTANA PARA

CO PENSAR LA REALIDAD O LO QUE SE NOS OCURRA

Bienvenidos a mi lugar de expresión en la que se puede disentir, discutir y reflexionar. Nunca agredir ni ofender.

viernes, 30 de abril de 2010

ACCIDENTES DE TRANSITO ¿QUÉ HACER?

Es extraño el comportamiento humano. Me refiero a varias cosas que suceden sin que nadie quiera que suceda. Sin embargo ahí están. Sucediendo todo el tiempo.
Los accidentes de automóviles en las rutas de la Argentina son casi habituales en los tiempos que corren. Creo que está claro que nadie quiere que sucedan y sin embargo nadie está dispuesto a hacer nada para que dejen de suceder. Los automovilistas siguen siendo imprudentes y los gobiernos no controlan ni castigan esa imprudencia.
Hay que ser claros: la culpa es siempre de los que manejan. La culpa no es del estado calamitoso de la ruta, ni de la lluvia, ni la niebla, ni…. Esas son siempre situaciones de alto riesgo, peligrosas, complicadas, pero eso no habilita a decir que por eso se produjo el accidente. En el mejor de los casos ayudó a que se produzca o creó las condiciones para que se produzca, pero en pocos casos es la causa definitiva. Siempre se puede viajar más despacio o se puede parar hasta que se despeje. Sin investigar mucho, la impresión que se tiene es que la culpa es de la velocidad y de la imprudencia.
¿Qué hacer, entonces?
Eliminar el extraño comportamiento que se tiene.
¿Cómo hacerlo?
Lo normal es decir que lo que faltan son controles por parte del Estado. La policía no hace su trabajo.
Aquí es donde me gustaría plantear una posibilidad quizás un tanto disparatada. Diferente.
Me pregunto por qué razón se piensa todo el tiempo en controlar a millones de automovilistas en las rutas y las calles. Empresa difícil si la hay en un país donde el control es poco habitual y el respeto de las reglas un poco menos habitual todavía.
Propongo el control sobre la fabricación de los automóviles.
En varias reuniones de amigos estábamos de acuerdo en que con los elementos de seguridad que tienen los autos en la actualidad (frenos abs, airbag, etc.) y viajando a una velocidad máxima de 120 km/hora es difícil que se produzcan los accidentes y que en caso de producirse las consecuencias serian leves.
Si, como vemos, el vehículo viene preparado para soportar los accidentes a 120 km/hora. Si, adicionalmente el límite impuesto por ley en las rutas es de 120 km/hora. Entonces,  por qué se permite que se fabriquen automóviles o motocicletas que excedan con creces esa velocidad.
Suena más simple controlar a las automotrices (¿serán 50, 100, 200?) que a millones de automovilistas y motoqueros. Obliguemos por ley y controlemos que fabriquen automóviles absolutamente coherentes en términos de la relación entre la velocidad que pueden desplegar y los elementos de seguridad con los que cuentan. Si, además, le pedimos coherencia con la velocidad máxima permitida, les daríamos el margen de llegar a 130 o 140 km/hora (por los autopistas/autovías lo digo).
Me parece que es una buena manera de empezar a trabajar para disminuir los accidentes. Guardar coherencia en la producción de los automóviles considerando la velocidad máxima permitida y los elementos de seguridad con los que se cuenta.

martes, 20 de abril de 2010

El problema de las villas miserias

Es un problema, que nadie diga lo contrario por miedo a quedar mal, porque eso no se dice o porque suena discriminativo.
La cuestión no es como mencionarlas o que nombre ponerles, la cuestión es qué hacer con ellas, porque es un problema que existan los problemas que con ellas se acarrean.
Decirlo no es pecado, el pecado es ocultarlo, esconderlo y peor aún no ocuparse.
Hace muchos años (allá por fines de 1800) Sarmiento hablo de terminar con el gaucho y por poco lo matan. Si hoy mencionas que hay que terminar con las villas miserias también te matan. Que se entienda bien: Sarmiento quería terminar con el espíritu de vagancia y de hombre errante de la época. Hoy tenemos que terminar con la miseria que se vive en esa villa.
Las villas miserias no se derrumban, ni se exterminan, ni se trasladan de lugar. No son muebles, ni edificios, ni plagas. Son comunidades de personas que no pudieron, o no supieron encontrar un lugar mejor para establecerse y lo hicieron así: de manera intuitiva y desordenada.
Está claro que también sirvió para que prime la fuerza antes que la razón en todas o casi todas ellas. Así fue carne de cañón para que se establezcan focos de delincuencia, se cobren peajes ilegales para establecerse, se adueñen de la seguridad otras fuerzas a las de seguridad (las legales digo). Nos cansamos de escuchar cosas como: están controladas por el narcotráfico, ahí la policía no entra, es tierra de nadie, se rompieron los códigos. Terribles acepciones mires como la mires.
Así es que mi propuesta tiene un solo nombre y mucho trabajo e inversión: URBANIZACIÓN.
Hay que darle entidad ciudadana a la Villa. Hay que unirla al sistema con toda la fuerza. Hay que meterle mucha política (en su acepción de acción). Hay que darle todo lo que necesita.
Hay que empezar por el principio y el principio es la solución a largo plazo.
Propongo la construcción de un gran centro cívico dentro de cada villa que permita la comunión con el resto de la ciudad y la sociedad. Para que no se la desconozca más, para que se sienta que tiene las herramientas para su integración.
Por centro cívico entiendo una gran infraestructura en el centro de la villa con:
  • Educación: jardín maternal, escuela primaria y secundaria,
  • Deportes: grandes campos de deportes con varias disciplinas, con profesores que enseñen a jugar con estilo y moral de buen deportista,
  • Artes: escuela de actividades plásticas que permita el desarrollo de la creatividad,
  • Oficios: la enseñanza de oficios varios que en toda ciudad se necesita y dan cultura de trabajo,
  • Registro civil: donde todos estén inscriptos y se puedan llevar estadísticas solidas y confiables,
  • Policía: que garantice la seguridad y la convivencia para que se termine la ilegalidad,
  • Hospital: muchos consultorios ambulatorios en todas las especialidades más algo de internación de urgencia. Hospital, no dispensario,
  • Comedor infantil: grandes comedores infantiles para asegurarnos que los chicos estén bien alimentados desde el nacimiento y así puedan desarrollarse sanos y fuertes,
  • Asistencia social: un ejército de asistentes sociales trabajando con cada una de las instituciones antedichas para que nadie falte a la escuela, para que los que no tienen educación básica la consigan, para que nadie este desnutrido, para ayudarlos en su desarrollo.

Créanme que si esto se haría, en 10 años tendríamos otro país.
Nos vemos!

sábado, 17 de abril de 2010

Igualdad de oportunidades vs Igualdad de resultados

He escuchado muchas veces a mucha gente hablar de igualdad de oportunidades y en realidad lo que escucho es igualdad de resultados. La idea equivocada (por idealización) de que todas las personas tienen que tener lo mismo independientemente de lo que hagan para conseguirlo.
Por supuesto que es deseable que todos tengan lo mismo. Deseo profundamente que todos consigan lo que desean para ellos mismos. Sería un verdadero mundo feliz una situación de esas características. Pero me temo que eso no pasa y es una utopía que suceda.
Ante esta situación se plantea continuamente la función del estado para corregir desequilibrios que se producen en la sociedad en la cual se debe proveer a las personas de las cosas que les falta. Lo que no tienen y les cuesta conseguir. Tratar de igualar todo el tiempo a todos.
En este punto es donde es conveniente aclarar a que nos referimos con igualar a todos en “todo”. A que se refiere ese “todo”. Hay que diferenciar claramente oportunidades con resultados.
Las oportunidades son las bases, los cimientos sobre los que una persona puede empezar a construir. Esta comparación con la construcción la hago porque es de vital importancia que una persona crezca de manera sana y bien alimentada para poder ser una persona con potencial. Esto es así, sin vueltas. En el primer año de vida es vital que la alimentación sea la correcta (cantidad y calidad) para que el recién nacido se desarrolle a la perfección, sobre todo sus cualidades cognitivas. Es la construcción básica para el proceso de aprendizaje. Lo mismo en cuanto a su salud. Vacunación, atención de enfermedades de manera temprana, controles periódicos de crecimiento. Estar seguros de que se cuenta con todas las condiciones de salubridad para enfrentar la vida con un organismo y un cuerpo fuerte.
También lo es el aprendizaje de los conocimientos necesarios en la actualidad para poder desempeñarse en el mundo que le toca vivir. Esto es educación formal básica para cualquier persona. Primaria y secundaria obligatoria y de calidad para todos. Moderna en cuanto a contenidos y estilo de enseñanza. Estricta en cuanto a disciplina y exigencia.
Los resultados son los logros que obtuvo la persona a partir del transito por los centros educativos y el mercado del trabajo. Como se desempeñó en cada una de esas etapas. Las habilidades que tiene y como las explota. Este conjunto de cosas es lo que termina en el resultado: individual (lo que consiguió para él), social (la aceptación dentro de su grupo social), económico (los ahorros que consiguió).
En una sociedad civilizada las oportunidades deben depender del Estado y los resultados de las Personas.
Es obligación del Estado brindar igualdad de oportunidades para todos, acceder a una salud y educación de excelencia para que el arranque en el mundo del trabajo sea para todos desde el mismo punto de partida.
Es obligación de la persona comprometerse con él mismo a esforzarse por conseguir sus sueños a partir del desarrollo de sus habilidades y la tenacidad del trabajo. No sirve pedir sin haberse esforzado lo suficiente antes. Lo que tenemos es, en gran medida, el resultado de lo que hicimos. Lo que seremos es, en gran medida, el resultado de lo que proyectamos sumado a las acciones para conseguirlo.
Nos vemos!

miércoles, 7 de abril de 2010

Ventajas competitivas vs. Ventajas comparativas

Muchas veces se habla de la competitividad a nivel de políticas económicas y en general se hace con un concepto errado. Escuchamos todo el tiempo que hay que modificar el tipo de cambio para mejorar la competitividad de las compañías, que hay que bajar la presión impositiva por la misma razón o que el costo laboral del país socaba la competitividad de las industrias nacionales.
Todos estos elementos afectan, sin lugar a dudas, la realidad de las empresas a la hora de competir en el mercado mundial o nacional (cuando algún sector se ve perjudicado más que otro y ese otro es sustituto del primero), pero eso está lejos de ser una desventaja competitiva. Es una desventaja (o ventaja según a quien le toque) comparativa.
Para aclarar, trataré de definir ambos conceptos:
Ventaja comparativa: está dada por los beneficios que tiene una industria (o sector industrial) por estar radicado en algún lugar en particular. Ejemplos de esto es:
  • Ubicación geográfica: cuando una compañía se encuentra de manera privilegiada muy cerca del mercado que es consumidor de su producto y en consecuencia es más fácil y económico llegar hasta el consumidor. Caso típico de las empresas que se radican en el Gran Buenos Aires para estar cerca del gran mercado que significa AMBA (área metropolitana de Buenos Aires).
  • Tipo de cambio: este es un concepto que también a veces se interpreta de manera incorrecta porque no se tienen en cuenta los precios de los insumos. Se suele decir que cuando el tipo de cambio es favorable (mayor al de otro lugar en relación a una moneda de referencia – usualmente dólares o euros), entonces el país es más competitivo. Sin embargo lo que realmente sirve para el análisis es el precio de los factores de producción, porque el tipo de cambio puede ser mayor pero la mano de obra tener sueldos tan altos que deja de comparativamente ventajoso.
  • Costo de la mano de obra: es un elemento muy utilizado cuando se trata de entender por qué los productos de China o del sudeste asiático son más “competitivos” que los de nuestro país. En realidad esas compañías suelen gozar de la ventaja comparativa de tener un menor costo laboral que el nuestro, pero eso no le garantiza vender sus productos. Solo garantiza que por el momento es un producto más barato (prestar atención a esto que es la clave para entender lo que viene después).

Ventaja competitiva: está dada por el nivel de preferencia que tienen los consumidores por algún producto en particular por sus características intrínsecas, pero fundamentalmente por sus características emocionales. Nótese que ahora estamos hablando de productos (o marcas si les gusta más) pero no de industrias o sectores industriales. También que hablamos de preferencias del consumidor y no de ventajas que tiene la empresa. Es decir, estamos hablando de las cualidades que tiene un producto (o marca) que hace que sea preferida a otra ya sea por cuestiones intrínsecas (lo que el producto es o su funcionalidad) o emocionales (lo que el producto representa para el consumidor).
La competitividad está dada, fundamentalmente, por el nivel de posicionamiento y el tipo de posicionamiento que el producto ha conseguido en el mercado (o mejor en la mente del consumidor). Es decir, lo que los consumidores creen que es el producto, que es muy diferente (casi siempre) de lo que los fabricantes dicen que son.
Hace algunos años las empresas creaban su posicionamiento con una batería importante de comunicación y se convencían de que era realmente así. Con el tiempo se descubrió que los consumidores pensaban cosas muy diferentes y a partir de allí se comenzó a trabajar mucho más con bases diferentes para la comunicación con el consumidor. Entraron en escena las ciencias del comportamiento del consumidor. De esa manera las empresas empezaron a hablarles a los consumidores en su idioma, hablando de los mismos temas y de esa manera convirtiendo todo (empresa mas sus consumidores) en una gran comunidad. Esto es posible verlo en los fanáticos de las distintas marcas y el significado que esas marcas tienen para sus consumidores. Como ejemplo podemos citar las colas largas y de días que hizo la gente la semana pasada en Estados Unidos para comprar el nuevo chiche de Apple: el IPad.
Como ejemplo me gusta citar el caso de la carne argentina que ha logrado un posicionamiento en el mundo realmente importante, ya que cualquiera que ha podido viajar (al menos por Europa) no dejan de hablarle a uno de la carne argentina. Es una carne preferida a otras y que se vende a un precio alto. La carne argentina ha logrado ser competitiva por sus características propias y por el trabajo de posicionamiento que se ha hecho. Para el mundo significa comer carne natural (alimentada a pasto y no con alimentos balanceados) y por eso paga un precio adicional.
Entonces, ¿qué es ser competitivo?: es tener un lugar de privilegio en la mente del consumidor tal, que sin importar de donde venga, cuanto cueste o lo que haya que hacer para tenerlo, igual lo va a comprar (siempre dentro de los límites razonables de precio – que en el mundo de los consumidores de marcas reconocidas suelen ser limites bastante amplios). Y esto es algo que se logra con un conjunto de producto diferenciado, comunicación, distribución, logística, imagen, responsabilidad social (cada vez más), servicio pos venta, relación precio calidad,  etc.

martes, 6 de abril de 2010

¿QUÉ ES EL PNUD?

Aclaración técnica

Con el objeto de que se entienda la nota anterior en la que se hace referencia a los índices del PNUD es que paso a explicar de qué se trata el índice.

En primer lugar hay que decir que el PNUD es el programa de naciones unidas para el desarrollo y según su página de internet se define de la siguiente manera:

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es la red mundial de las Naciones Unidas en materia de desarrollo que promueve el cambio y conecta a los países con los conocimientos, la experiencia y los recursos necesarios para ayudar a los pueblos a forjar una vida mejor.

Para esto parte de la elaboración de un índice que es el que permite ver la situación en la que se encuentra cada país y a partir de allí proponer estrategias de solución. A los efectos de conocer que es el índice, tomamos la descripción del mismo.

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es un indicador compuesto que mide el avance promedio de un país en función de tres dimensiones básicas del desarrollo humano, a saber: vida larga y saludable, acceso a conocimientos y nivel de vida digno.

Estas dimensiones básicas se miden, respectivamente, según esperanza de vida al nacer, tasa de alfabetización de adultos y tasa bruta combinada de matriculación en enseñanza primaria, secundaria y terciaria y producto interno bruto (PIB) per cápita en paridad del poder adquisitivo en dólares de Estados Unidos (PPA en US$). El índice se construye con indicadores disponibles en todo el mundo y utiliza una metodología a la vez simple y transparente.

Si bien el concepto de desarrollo humano es bastante más amplio de lo que es capaz de medir cualquier índice compuesto individual, el IDH es una alternativa sólida al uso del PIB per cápita como medida sinóptica del bienestar humano y es útil para acercarse a la vasta información contenida en los siguientes cuadros de indicadores sobre los diferentes aspectos del desarrollo humano.

Como se puede ver se toman en consideración variables como ingreso (cuánto gana la gente), alfabetización (que tan educada es la gente) y esperanza de vida (que tan sana es la gente). Variables básicas para pensar en un país desarrollado, es decir, un país con gente sana, educada y con un nivel de ingreso que le permita una vida digna.

Con esto podemos estar más o menos seguros que este indicador nos dice en que escala de desarrollo estamos y a quienes tenemos que mirar para tomar de ejemplo.

Más adelante les comentaré a quien me parece que tenemos que mirar con atención para aprender y así poder desarrollarnos.

domingo, 4 de abril de 2010

Me enoja que no nos pase eso a nosotros

Estoy decididamente enojado, o triste o no sé qué.

Lo cierto es que cuando veo una noticia de estas en el diario que me impactan y me dan envidia, de esas de las sanas (aunque no existe la sana envidia. La envidia es eso y ya).

En fin, que leyendo el diario del domingo me encuentro con la noticia de que el tesoro de los estados unidos ha decidido vender las acciones que había comprado durante la crisis financiera reciente (esa de las hipotecas sub prime). La cuestión es que en su momento les había parecido que para que el banco no se caiga (que se funda, que quiebre, que se vaya a la mierda) el gobierno de estados unidos decidió darle una ayuda mediante la capitalización de fondos (les dio dinero a cambio de acciones) y eso permitió que el banco siga funcionando y la economía se recupere.

La historia hoy nos cuenta que como la crisis se supero, el banco salió airoso, los empleos se recuperan paulatinamente y cosas así el gobierno decidió que ya no es necesario tener participación en el banco. Decidió que va a vender las acciones.

Lo más interesante, como efecto colateral, es que el gobierno gano tonelada de guita (algo asi como 8.000 millones de dólares) gracias a lo que crecieron esas acciones en este periodo, mas algo por dividendos que pudo distribuir el banco gracias a las ganancias.

Me sale como reflexión final pensar en esta idea tan mentada entre nuestros políticos que lo único que salva las empresas y el empleo y no sé qué mierda mas es gastar una tonelada de subsidios en empresas ineficientes, pedigüeñas, lobistas, jodidas.

Me parece que hay algo que aprender en otros lugares que les va bien en serio.

Que lo pario, que bronca.

Nos vemos.

sábado, 3 de abril de 2010

Camino al desarrollo

Comparaciones equivocadas

Hay situaciones en las cuales me suelo encontrar, generalmente en reuniones de amigos o colegas, y que me despiertan pensamientos un tanto encontrados con todos los que me rodean. Esto que puede ser muy normal a mí me parece muchas veces que es el eje de la gran problemática argentina: el ejemplo a seguir.

Que quiero decir con esto del ejemplo a seguir. Pues que cuando entramos en las discusiones de por qué estamos como estamos surge siempre la cuestión de la comparación con otras épocas u otros países dando como sentado que deberíamos seguir tal o cual ejemplo de país o de época anterior vivida. Ambas comparaciones son, a mi juicio, siempre agarrada de los pelos, con poco fundamento, sin una lógica básica para la comparación.

En este caso solo me meteré con la cuestión de los países, dejando el tema de las épocas para otra columna.

La sensación es que siempre nuestro país es el peor de todos en todo. Los de al lado son siempre los mejores. “Brasil nos pasa el trapo”; “Uruguay es más serio y honrado”; “los Bolivianos son más nacionalistas”; “los Chilenos son mucho menos corruptos”, etc, etc.

Esto que puede ser muchas veces cierto, en realidad esconde algo mucho más preocupante: la falta de conocimiento internacional y la falta de análisis profundo en la base de comparación.

En el primer caso porque parece que la comparación y el consecuente ejemplo esta siempre al ladito, acá nomas, donde termina nuestro bendito país y empieza otro (no importa cual). En un mundo tan vasto y lleno de puntos de comparación y posibles ejemplos a seguir, que solo se mire al lado, es casi como mirarse el ombligo.

El segundo caso es consecuente con el primero y tiene la gravedad que las bases de comparación son tan pobres que no permiten siquiera pensar una acción a seguir como para estar mejor.

Últimamente se ha puesto de moda compararnos con Brasil y decir permanentemente que es un país más fuerte, con mayor potencial, que nos ha pasado en nivel e importancia geopolítica. Ante esto me surge la pregunta casi caprichosa ¿eso significa que la gente está mejor? ¿Los salarios son mejores? ¿El nivel cultural es más elevado? ¿Dejaron de existir las villas miserias? ¿La tasa de alfabetismo es más elevada? Finalmente: ¿Qué lugar ocupa en el índice del PNUD – programa de naciones unidas para el desarrollo?

Estas son las preguntas que deberíamos hacernos y buscar las respuestas en los países que han logrado buenas posiciones en estos temas. El PNUD se ocupa de estos temas desde hace muchos años y nos proveen de datos más que interesantes sobre el tema.

Brasil es un país demasiado grande como para realizar comparaciones del tipo: potencia económica, importancia geopolítica, nivel de inversión extranjera directa, nivel de inversión interna, dimensión de compañías, etc. Siempre vamos a estar en desventaja por la simple razón de que no es posible competir en esas variables con un país de 200 millones de habitantes y el triple de territorio. Hasta los industriales argentinos sueñan con venderle a Brasil por lo que significa como mercado. ¿Por qué vamos a pensar que el resto del mundo va pensar diferente y nos va a preferir a nosotros antes que a Brasil para esas cuestiones?

Ahí es donde quiero llegar. Los países son todos distintos aunque buscamos todos lo mismo. Y todos estamos en condiciones de conseguirlo. De diferente manera. Con distintas fuentes de recursos, pero con las mismas acciones pro objetivos de bienestar de la población.

Para terminar esta primera entrega voy a dar un par de datos para que veamos lo equivocados que están quienes comparan y pretenden tomar ejemplos sin el más mínimo análisis.

PAIS

Posición en 1990 PNUD

Posición en 2007 PNUD

Argentina

31

38

Brasil

50

70

Noruega

6

2

Finlandia

10

11

Suiza

3

7

Holanda

4

9

Canadá

5

4

En lo sucesivo voy a intentar explicar por qué tomé esos países para la tabla, pero como anticipo dejo la siguiente pregunta: si los mejores países del mundo en términos de calidad de vida son los que puse en la tabla y si Brasil en los últimos 17 años no pudo mejorar nuestra posición, ¿Por qué seguimos empecinados en compararnos con Brasil?

Nos vemos en la próxima.