El fin de semana estuve participando de una conversación en la cual se planteaba el tema de qué es lo que se debe juzgar, ¿a la situación en si misma o a las personas implicadas en la situación?
Actualmente se están debatiendo en Argentina diversos temas que fueron, son y serán sensibles de tratar, ya que su propio debate llama a diferentes opiniones y eso está bien que así sea, porque cada uno analiza los temas que trata desde su propia experiencia personal de vida.
Hace no más de 15 días se trató la reglamentación de la ley de matrimonio homosexual, luego la semana pasada se presentaron las guías para la aplicación del aborto en los hospitales públicos, para lo cual nuevamente aparecieron voces a favor y en contra.
En ambos casos deberíamos quizás comenzar a ver la situación planteada y no las personas.
Cuantas veces juzgamos los diversos temas planteados no por la situación en sí misma, sino por la ó las personas implicadas en ellas. Estamos de acuerdo con el matrimonio homosexual si quienes están implicados son parientes o amigos íntimos y estamos en desacuerdo si no tenemos allegados y encima no nos caen bien este “tipo de personas”, como si acaso no fueran personas.
Estamos en desacuerdo con el aborto porque mata la vida (Esto es totalmente CIERTO), pero si el embarazo es producido por un hecho trágico, si estamos de acuerdo.
Hace aproximadamente un mes tuve una entrevista con una abogada civil y de derecho canónico y me explicaba que no justificaba el aborto por más que el embarazo provenga de una violación, ya que, en ese caso se juzgaba por el dolor de la persona y no por el fruto de la vida que dentro de ella se gestaba.
Quizás debiéramos para estos casos tan sensibles, abstraernos un poquito de nuestra subjetividad y poder ver las situaciones y no las personas implicadas para poder llegar a ser un poquito más justos. Obviamente que esto no es para nada fácil ni mucho menos.
Como en toda justicia a veces estaremos sentados en uno de los platos de la balanza de la señora justicia y posiblemente otras veces estaremos sentados en el otro plato, para que así, en el resultado final de nuestras vidas veamos que vivimos y obtuvimos un justo equilibrio.
Pablo Perin
N. del editor.: los conceptos vertidos son de exclusiva responsabilidad del autor.