Hoy vivimos un problema que es de una gravedad inusitada y ante la cual la situación de discusión campo – gobierno queda minimizada. De esto por supuesto no se habla, pero la realidad nos mostrara que es mucho peor y más aun porque no nos damos cuenta. Nos pasa la situación de la rana que es tirada a la olla de agua fría y que luego es calentada de a poco. Nos estamos muriendo cocinados sin que nos demos cuenta.
El problema de institucionalidad que vive la Argentina es infinitamente peor que las retenciones, solo que nadie parece verlo. En realidad se dicen de manera suelta y descoordinado cada uno de los síntomas, pero no el problema general. Falta la visión general que muestre todo de manera unida.
Estamos atravesando una situaron en la cual la Argentina se maneja como una vieja monarquía (con su rey y su reina), aunque en un entorno democrático (seudo democracia dirá mejor). Por que digo esto. Porque el gobierno nacional esta dando claras pruebas de que ejecuta acciones como dueños de casa mas que como administradores de un país integrado por 40 millones de habitantes.
Estas pruebas son: superpoderes en manos del jefe de gabinete (innecesario teniendo un congreso con mayoría propia), bajísimas coparticipaciones a las provincias (en la época de Alfonsin eran de cerca del 60 %, hoy son del 23%), subsidios a casi todos los sectores y servicios públicos.
Analizando estos puntos vemos que la existencia de superpoderes cuando es innecesario habla a las claras de la idea de hacer lo que quiero sin darle explicación a nadie, ni siquiera cuando se que me dirán que si. La escasa coparticipación le permite al gobierno manejar las provincias a su antojo mediante la liberación de fondos cual papá bueno con el hijo que se porta bien. La política de subsidios es lo mismo que la coparticipación, porque esta implícito que se los da mientras se porten bien con papá gobierno.
A todo esto se le agrego otro evento igualmente grave la última semana. En nota de La Nación pudimos leer que el ministro de justicia Aníbal Fernández mediante una disposición obliga a la fuerza pública a avisarle al ministerio antes de ejecutar una acción encomendada por algún juez. Esto es inédito. Se supone que la justicia es independiente y que los jueces pueden actuar por si solos. Resulta que ahora, el poder ejecutivo quiera saber que es lo que va a hacer la justicia. La pregunta es ¿para que?
Por tanto vemos que la Argentina se desnaturaliza cada vez más. La constitución nos habla de un país representativos, republicano y federal. Sin embargo tenemos que el congreso existe de derecho, pero no de hecho, porque este pero no funciona, no debate, ni resuelve. Todo es por decreto. La republica que se basa en la división de poderes perdió sus bases dado que el ejecutivo avanzo (perdón, la palabra seria arraso) sobre los otros poderes. Y finalmente el federalismo tampoco tiene mucho efecto cuando los recursos con los que cuentan las provincias dependen de las buenas intenciones del ejecutivo nacional, más que de la coparticipación federal.